Este miércoles, el presidente tunecino decidió disolver la Asamblea de Representantes del Pueblo. Una decisión simbólica, ocho meses después de que Kaïs Saïed congelara las actividades del mismo Parlamento.
El 25 de julio, Kaïs Saïed asestó un golpe: decidió, entre otras medidas, suspender los trabajos de la Asamblea de Representantes del Pueblo (ARP), invocando el artículo 80 de la Constitución que indica que, "en caso de peligro inminente que amenace las instituciones de la Nación y la seguridad e independencia del país y entorpeciendo el normal funcionamiento de los poderes públicos, el Presidente de la República podrá tomar las medidas que exija esta situación excepcional”, en particular apercibiendo al Consejo Constitucional. Sin embargo, este último aún no existe en Túnez.
La congelación de los trabajos de la Asamblea había permitido a Kaïs Saïed seguir con otra medida fuerte: al disolver la ARP, de hecho también había anunciado el levantamiento de la inmunidad de todos los diputados. Si sus decisiones no estaban recogidas en un calendario claro, el jefe de Estado tunecino había decidido, el 22 de septiembre, prorrogar la suspensión de los trabajos de la ARP. También anunció la suspensión de los salarios y beneficios otorgados a los miembros de la Asamblea, incluido el presidente de la ARP Rached Ghannouchi.
Este miércoles, Kaïs Saïed fue más allá: anunció oficialmente la disolución de la ARP. Pero esta última suspendida, ¿qué significa realmente la declaración del presidente tunecino? “Esta es una medida que no tendrá impacto, resume un observador de la vida política tunecina. No cambiará nada, pero a Kaïs Saïed le gusta hacer anuncios simbólicos a intervalos regulares. Precisamente es durante un pasaje en el plató de la televisión nacional que el presidente hizo su anuncio.
Diputados acusados de conspirar contra el Estado
El momento no es insignificante: efectivamente, el Ministro de Justicia había ordenado la apertura de una investigación contra varios miembros del Parlamento que ahora están acusados de "conspiración contra la seguridad del Estado". Levantada ya la inmunidad de estos últimos, podrían en todo caso ser perseguidos por las autoridades judiciales competentes. Ciento veinte diputados se reunieron por videoconferencia para votar la cancelación de las medidas excepcionales decididas por el presidente desde julio.
Al anunciar la disolución de la Asamblea, Kaïs Saïed inició un enfrentamiento con los funcionarios electos y, en particular, continuó su enfrentamiento con los miembros del partido islamista Ennahdha. El presidente dice que quiere "preservar el estado y sus instituciones" y "al pueblo tunecino". Ennahdha tenía, tras las elecciones de 2019, 52 de los 217 escaños del ARP. Varios miembros del partido islamista habían participado en el pleno virtual condenando la actuación del presidente de la República. El partido de Nabil Karoui, competidor de Kaïs Saïed en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales, había obtenido 38 asientos
Ahora queda por ver qué será de la Asamblea. El 25 de julio está previsto un referéndum en Túnez para votar una nueva Constitución. El texto permitirá entonces saber si la Constitución prevé una nueva asamblea, o incluso un senado. El próximo diciembre se celebrarán elecciones generales en Túnez.