Estados Unidos, la Unión Europea y próximamente el G7… Aumentan las sanciones económicas contra Rusia. La mayoría de los países africanos que tienen relaciones de cooperación energética, agrícola o militar con Moscú están preocupados. Bien o mal ?
Confiscación de las reservas financieras rusas en el exterior, corte del circuito financiero internacional SWIFT para siete bancos rusos, censura de los medios Sputnik y Russia Today (RT)... Los países europeos han respondido a la operación militar de Rusia en Ucrania imponiendo una serie de sanciones.
Por su parte, Estados Unidos, que ya prohibió su espacio aéreo a los aviones rusos, indica que “no se descartan” sanciones contra los hidrocarburos rusos. Y ello, a pesar de la explosión de los precios del gas, el petróleo, los cereales y otros productos a causa de las sanciones ya vigentes.
Del lado africano, los distintos países observan de lejos a Rusia, cuya moneda, el rublo, ha caído. Pero es en realidad sobre todo la “desdolarización” provocada por los Estados Unidos del comercio ruso la que corre el riesgo de tener consecuencias nefastas para todos los socios de Moscú.
Veintidós países africanos tienen acuerdos de cooperación militar con Rusia, que van desde armas hasta asistencia militar. Doce países del continente tienen acuerdos de cooperación nuclear y siete estados tienen acuerdos agrícolas con Moscú. Finalmente, Rusia ha invertido en la electrificación de once países de África.
- Kamal Louadj (@LouadjSputnikFR) Marzo 2, 2022
Las transacciones comerciales entre Rusia y los países africanos se realizan principalmente en monedas occidentales. Pero si Rusia tratara de eludir las sanciones económicas para continuar su comercio con África, ¿qué métodos podría usar Moscú? Sobre todo, ¿qué ganarían los países africanos?
¿Cómo eludir las sanciones económicas?
Los embargos son una realidad que varios países africanos conocen bien, especialmente desde la Guerra Fría y las primeras alianzas entre ciertos Estados del continente y la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS). E incluso si el bloque del Este se ha derrumbado desde entonces, la mayoría de las relaciones económicas que Rusia mantiene en África están en la continuidad de los acuerdos concluidos en la década de 1960.
Sin embargo, la Rusia moderna ha demostrado, especialmente en 2014, que los embargos no son un obstáculo para su diplomacia internacional. Tras las sanciones impuestas tras la anexión de Crimea, Moscú invirtió fuertemente en agricultura, acercándose rápidamente a la autosuficiencia alimentaria. Y así convertirse en uno de los principales exportadores de cereales del mundo.
Ahora, con sanciones a Rusia aún más duras que en 2014, los analistas están reflexionando sobre el futuro de los intercambios económicos rusos.
Entre las soluciones consideradas: el trueque, que ha demostrado su eficacia en el pasado. Durante casi tres décadas, Irán lo ha estado practicando. Pero los intercambios también pueden basarse en diferentes circuitos financieros. Según el periodista brasileño Pepe Escobar, “Rusia podría compensar al menos el 50 % de las pérdidas comerciales” recurriendo al trueque y tomando prestado circuitos financieros alternativos a SWIFT.
De hecho, varias empresas ya utilizan el SPFS ruso o incluso el CIPS chino. Entonces, “si alguien quiere comprar petróleo y gas ruso con CIPS, el pago debe hacerse en la moneda china, el yuan. CIPS es independiente de SWIFT”, asegura el periodista.
¿Una alianza Rusia-China en África?
Sobre todo, es un tándem potencial Rusia-China que podría tranquilizar a los estados africanos, pero también amenazar la omnipotencia del dólar. El principal acreedor de África, Europa y los Estados Unidos puede presumir de una resiliencia económica sólida como una roca.
Entre los 248 conflictos armados que ocurrieron en 153 regiones del mundo entre 1945 y 2001, 201 fueron iniciados por el # EE.UU., que representan el 81% del número total. pic.twitter.com/Kjn81VIVXP
- Embajada de China en Rusia @ 驻 俄罗斯 大使馆 (@ChineseEmbinRus) Febrero 25, 2022
La reacción de Wall Street dice mucho. Cuando los bancos rusos fueron suspendidos del circuito SWIFT, los imperios financieros estadounidenses Citigroup y JPMorgan Chase advirtieron que las sanciones contra Rusia podrían resultar contraproducentes para el sistema bancario mundial.
“La expulsión de Rusia podría resultar contraproducente, aumentando la inflación, acercando a Rusia a China y protegiendo las transacciones financieras del escrutinio occidental. También podría alentar el desarrollo de una alternativa a SWIFT que, en última instancia, podría socavar la supremacía del dólar estadounidense”, se lee en un artículo de Bloomberg.
Además de la subida del yuan, ahora irreversible desde la introducción de las sanciones contra Rusia, otros intereses europeos también se ven amenazados en África.
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El modelo chino de inversión en África es bastante simple: China anima a sus empresas a construir en el continente ya comprar allí sus productos, financiando las operaciones mediante el despacho aduanero de mercancías o zero-rating.
Rusia, por otro lado, financia en gran medida proyectos de inversión, especialmente en el sector energético, a través de préstamos en condiciones preferenciales. Pero a diferencia de Beijing, Moscú ofrece condiciones más flexibles, debido a los contratos de armas masivos, exclusivos y de larga duración firmados con países africanos.
¿Qué pasaría si China y Rusia se aliaran en África para desalojar allí a las potencias occidentales? Cabe recordar que los dos países hábilmente evitan cruzarse en los mismos mercados africanos. Por ejemplo, cuando China invierte en infraestructura y nuevas tecnologías, se producen intercambios bastante anónimos. Rusia monopoliza los sectores de energía y armamento.
El bullying, una estrategia occidental
Si no es seguro que la estrategia occidental desinhibida de sancionar financieramente a Rusia tenga éxito, queda una pregunta: ¿sigue siendo realmente efectivo el modelo occidental para tomar posiciones económicas en África?
En la Asamblea General de la ONU, el voto de condena de Rusia, tras el inicio de la guerra en Ucrania, demostró dos cosas: en primer lugar, que los países africanos son cautelosos y prefieren, en su mayoría, abstenerse de tomar posición antes que condenar a los intervención rusa. Entonces, Occidente, en particular Europa, logra cada vez menos tener control sobre las opciones de los países africanos.
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Ya antes de que la crisis ucraniana se convirtiera en guerra, el poder militar de Malí, objeto de una panoplia de sanciones y de un embargo decidido por la CEDEAO, probablemente bajo la influencia de Francia, se mantuvo firme y se volvió hacia Rusia. Si la antigua potencia colonial Francia ha logrado demostrar algo a los africanos es que su intervención militar en Malí ha sido abortada y que su hegemonía africana es cada vez más frágil.
Goethe dijo: “El hombre que no tiene nada que perder es formidable”. Y, desde este punto de vista, las sanciones occidentales ya no son el arma formidable que alguna vez fueron. Desde otro punto de vista, si la Unión Europea y Estados Unidos se arriesgan, al sancionar a Rusia, a infligirse un hara-kiri financiero sin precedentes, ¿hasta dónde llegará Occidente para no perder sus últimas plazas africanas?
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Por el momento, África observa la situación sin intervenir realmente. Pero también existe una oportunidad para que algunos estados africanos aprovechen el conflicto económico y diplomático generalizado. La crisis del gas, por ejemplo, ha permitido crear improbables alianzas africanas, como por ejemplo la creación del G4. Pero este último, que reúne a Argelia, Sudáfrica, Etiopía y Nigeria, aún no ha decidido cuáles son sus grandes objetivos, mientras que varios países exportadores de gas y petróleo han logrado hacerse imprescindibles a los ojos occidentales. Un primer paso para África, que está en condiciones de poder negociar con Europa en particular.