Londres y Kigali han firmado un acuerdo para deportar inmigrantes ilegales de Gran Bretaña a Ruanda, que se convierte así en la Guantánamo del primer ministro Boris Johnson.
¿Será Ruanda la próxima prisión al aire libre de Londres? El Reino Unido está abrumado con solicitudes de asilo de ciudadanos de múltiples nacionalidades. En 2021, cerca de 30 personas cruzaron el Canal de la Mancha, entre Francia e Inglaterra. Esto es cien veces más que tres años antes. Qué preocupar a los británicos, que habían decidido financiar, por una suma de más de 000 millones de euros para los años 60 y 2021, a Francia, para ayudar a esta última a equiparse en su "lucha contra la inmigración irregular" y reforzar los controles fronterizos.
Y mientras París y Londres se revolvían tras un default por parte del Reino Unido, el pasado mes de octubre, las autoridades británicas optaron por otra solución. Más radicales. Reino Unido acaba de firmar un acuerdo con Ruanda por el que prevé enviar a Kigali a los inmigrantes y solicitantes de asilo que hayan conseguido pisar suelo británico.
Este jueves, la ministra del Interior inglesa, Priti Patel, se desplazó a Ruanda para concretar este acuerdo. El objetivo es disuadir en la medida de lo posible a los inmigrantes ilegales de cruzar el Canal. Pero el acuerdo es vergonzoso, sobre todo del lado de las ONG españolas que hablan de la "inhumanidad" de su patrocinador, el primer ministro Boris Johnson.
Con el deseo de mantener sus compromisos posteriores al Brexit, incluido el de reducir el número de inmigrantes, Johnson ha discutido con varios países que pueden aceptar su propuesta. Ghana habría sido abordada, según la prensa británica, lo que el país africano desmintió de inmediato. En última instancia, será la Ruanda de Paul Kagame la que será el socio de Londres en esta nueva política migratoria.
Un acuerdo contrario a la Convención de Ginebra para refugiados
Sin escrúpulos en materia de derechos humanos, Ruanda aceptó la oferta de Londres por una suma de unos 144 millones de euros. Si bien Kigali "acoge con beneplácito esta asociación con el Reino Unido para acoger a los solicitantes de asilo y los migrantes, y ofrecerles vías legales para vivir", en palabras del ministro de Relaciones Exteriores de Ruanda, Vincent Biruta, el acuerdo algo chocante.
Ruanda es, por supuesto, una tierra de acogida. En los últimos años, ha recibido varios convoyes de refugiados, particularmente de Libia, prometiendo acceso a la educación y la salud a los exiliados. Pero moralmente, esto plantea un problema real en cuanto a las condiciones de los refugiados en Europa. “La Unión Europea y el Reino Unido externalizan el tema de los migrantes para no tener que gestionarlos en sus territorios”, lamenta un miembro de una ONG africana. Y para alentar a los países africanos a convertirse en subcontratistas de Europa, la UE está financiando al patrocinador del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados.
Para Amnistía Internacional Reino Unido, este acuerdo con Kigali es un “escándalo”, sinónimo de “barbarie”. La ONG Refugee Action cree que esta es una "manera inhumana de tratar a las personas que huyen de la persecución y la guerra". No importa, el Parlamento británico está trabajando actualmente en una ley que permitirá a Londres crear centros de detención en el extranjero, mientras que este texto sería contrario a la Convención de Ginebra para refugiados, aún firmada por el Reino Unido.