Diplomáticamente revueltos durante varios meses, Marruecos y España continúan, entre bastidores, discutiendo. Pero el Sáhara Occidental impide que los dos países recuperen relaciones fraternales.
El 23 de febrero, el ministro de Asuntos Exteriores de Marruecos, Nasser Bourita, realizó una videoconferencia con su homóloga española, Arancha González Laya. Objetivo: elogiar las "excelentes relaciones entre los dos países". Pero ningún observador se deja engañar: detrás de esta fachada de amistad, arde el trapo entre los dos Estados.
La causa de la disputa diplomática se originó a 1 kilómetros de Rabat. De hecho, el Sáhara Occidental está en el centro de las relaciones entre España y Marruecos. La culpa con la recepción, dentro del hospital de San Pedro de Logroño, del líder del Frente Polisario y de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD), Brahim Ghali. Tratado por una infección por Covid-500, el líder político reclama la independencia del Sáhara Occidental.
La controversia de Brahim Ghali tiende aún más las relaciones
Así, la recepción, aunque secreta, de Ghali en su suelo desagrada en Rabat, que considera que el gobierno de Pedro Sánchez se portó mal. Marruecos deplora la actitud española, mientras afirma haber hecho todo lo posible para controlar la inmigración en el lado del Estrecho de Gibraltar. Ghali viajó con una identidad falsa y Madrid no informó a las autoridades marroquíes, que por lo tanto se sintieron traicionadas. La maceta de rosas habría sido descubierta por los servicios secretos marroquíes.
Oficialmente, Marruecos expresó "su decepción por un acto contrario al espíritu de colaboración y buena vecindad en relación a una cuestión fundamental para el pueblo marroquí". El embajador de España en Rabat, Ricardo Díez-Hochleitne, incluso fue citado por el ministro de Asuntos Exteriores, al que tuvo que dar explicaciones.
El mal es mucho más profundo que la simple hospitalización de Ghali: desde el surgimiento de Podemos en España, Rabat deplora las ideas del partido de izquierda que quiere un referéndum de autodeterminación en el Sáhara Occidental. Peor aún, Pedro Sánchez hizo una gira africana sin pasar por Marruecos. Madrid finalmente critica al reino por no contener suficientemente la inmigración. En resumen, entre los dos países, las tensiones han sido omnipresentes durante varios meses.
¿Se relanzó el proyecto del mega túnel?
Desde que la administración Trump reconoció la soberanía marroquí sobre el Sáhara Occidental, Madrid se ha ido alejando gradualmente de Marruecos. A este último le gustaría una posición clara de España, pero también de Europa, sobre su control sobre la región.
Pero entre España y Marruecos, nunca nada se congela. A pesar de la caída entre bastidores, los dos países continúan discutiendo varios temas, incluida la construcción de un túnel entre África y Europa, que pasaría por el Estrecho de Gibraltar. Jeune Afrique indica que el megaproyecto fue objeto de un encuentro virtual entre los gobiernos de los dos países, el primero desde 2009 sobre este tema.
Si este proyecto no está cerca de ver la luz, Marruecos y España ya parecen prepararse para la reconciliación. Hay que decir que las perspectivas económicas para la creación de una línea ferroviaria entre los dos países son locas: permitiría transitar no menos de 13 millones de toneladas de mercancías y 12 millones de pasajeros cada año. El túnel no vería la luz antes de 2050. Para entonces, Marruecos y España tienen mucho tiempo para reconciliarse ...