Ha pasado una semana desde el día en que Mohamed Bazoum, el nuevo presidente de Níger, fue investido. Durante su discurso inaugural, el Jefe de Estado, por supuesto, se refirió al recrudecimiento de los ataques terroristas en su país. Níger, dijo, "se enfrenta a la existencia de grupos terroristas cuya barbarie acaba de sobrepasar todos los límites". Entidades terroristas que, prosiguió el nuevo presidente nigerino, "llevan a cabo masacres de civiles inocentes a gran escala, cometiendo ocasionalmente verdaderos crímenes de guerra". Se corrió la voz: Níger está en guerra. Después de las elecciones presidenciales, se perpetraron varios ataques contra civiles en la zona de las "Tres Fronteras", en el cruce de Malí, Burkina Faso y Níger. Resultado: más de 300 muertos.
Terrorismo, un primer fracaso personal
Si las elecciones presidenciales permitieron a Níger experimentar su primera alternancia pacífica y democrática en el poder, se lo debemos en gran parte a Mahamadou Issoufou, cuyo gobierno ha sido aclamado por todos los observadores. El único inconveniente del balance de poder son los ataques terroristas. Excepto que es Bazoum, ex ministro del Interior, quien fue el artífice de la política de seguridad de Níger. Por tanto, es con un primer fracaso personal que el Jefe de Estado comienza su primer mandato. Sobre todo porque es la primera vez que grupos terroristas atacan a comunidades civiles en Níger. Con Boko Haram, el grupo Estado Islámico en el Gran Sahara (EIGS) y al-Qaeda enfrentándose a él, Mohamed Bazoum sabe que tendrá que dedicar mucho tiempo y energía a crear una política de seguridad eficaz.
Bazoum tendrá que demostrar muy rápidamente si es capaz de afrontar este desafío.
Bazoum tendrá que iniciar un verdadero acto de equilibrio. Porque el exministro del Interior y Relaciones Exteriores tiene otros retos que afrontar, entre ellos los de la economía, la juventud y la oposición, especialmente tras el intento de golpe de Estado. También tendrá que decidir sobre la militarización del área de las “Tres Fronteras” y sobre la cooperación con las fuerzas extranjeras, incluidas Malí y Francia. Pero si tiene que empezar a hacer malabares con los diversos temas, no hay duda de que el terrorismo será el más difícil de resolver. Mohamed Bazoum tendrá que asegurarse de que el terrorismo no siembre las semillas de la discordia entre comunidades y no alimente la oposición política y social. El nuevo presidente afirmó que la lucha contra el terrorismo "será muy difícil". Bazoum tendrá que demostrar muy rápidamente si es capaz de afrontar este desafío y de ser el heredero político de Issoufou.