Ante el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, el enviado especial de la ONU a la República Democrática del Congo se pronunció sobre el M23. El gobierno congoleño quiere que la ONU condene formalmente a Ruanda.
El enviado de la ONU a la República Democrática del Congo (RDC) y jefe de los cascos azules de MONUSCO, Bintou Keita, habló ante el Consejo de Seguridad el pasado miércoles.
Explicó que “el M23 se está comportando cada vez más como un ejército convencional que como un grupo armado”. El guineano pidió que el Consejo "redoble sus esfuerzos en favor de una rápida desescalada de la situación y el desarme incondicional del M23".
Insuficiente para Kinshasa. El jueves, el portavoz del gobierno congoleño, Patrick Muyaya, dijo que " este lenguaje diplomático ya no es suficiente ". “Decir que es el ejército ruandés el que opera al amparo de los terroristas del M23 marcará, como en el pasado, el principio del fin de esta agresión”.
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Un ras-le-bol del ministro congolés, que deplora la inacción de la ONU ante "los niños muertos, los cascos azules asesinados, las poblaciones desplazadas". Esto es parte del testimonio de Bintou Keita. El jefe de Monusco también advirtió que, “si el M23 continúa sus ataques bien coordinados contra las FARDC y Monusco con capacidades convencionales crecientes, la misión podría encontrarse frente a una amenaza que va más allá de sus capacidades actuales”.
Por primera vez en 20 años, Monusco corre el riesgo de verse abrumado. Según Keita, el M23 "tiene una potencia de fuego y un equipo cada vez más sofisticado". Morteros, ametralladoras pesadas, tiro de precisión desde aviones…
el jefe de la #MONUSCO🇺🇳, Bintou Keita, habló esta tarde ante el Consejo de Seguridad de la ONU sobre la situación en #RDC🇨🇩. ⤵️⤵️ pic.twitter.com/TCu56bHmDV
- MONUSCO (@MONUSCO) Sábado, Junio 29, 2022
¿De dónde vendrá la ayuda?
El jefe de los Cascos Azules en la RDC describe, por tanto, un ejército convencional. También arrojó luz sobre las muertes recurrentes de civiles, las bajas en las filas de los cascos azules y las muertes de niños. Una miembro de la sociedad civil, Julienne Lusenge, describe por su parte los horrores que la población civil vive en la región desde hace años: violaciones, ejecuciones brutales, mujeres obligadas a comer carne humana...
Testimonios que deberían llamar la atención del Consejo de Seguridad de la ONU sobre lo que está sucediendo en el este de la RDC. Para Kinshasa, sería ni más ni menos que una guerra convencional contra su vecino ruandés.
El estado mayor general de las fuerzas armadas de la RDC (FARDC) lanza acusaciones diarias contra Ruanda. Y a pesar de una contraofensiva congoleña, la M23 consiguió tomar la localidad de Bonagana y varias localidades en Rutshuru, la capital de Kivu del Norte.
La Comunidad de África Oriental (EAC) se ha ofrecido a desplegar una fuerza militar regional en el este de la RDC. Pocos detalles sobre el número de tropas o los países que participarán, pero hay razones para creer que Uganda y Kenia contribuirán a esta operación.
Por su parte, Estados Unidos pidió que las futuras fuerzas de la EAC coordinen su despliegue con la Monusco. La Casa Blanca llamó al M23 a deponer las armas y unirse a la iniciativa de desarme de Nairobi.