Desde el 6 de junio, Ruanda acoge la Conferencia Mundial de Desarrollo de las Telecomunicaciones (CMDT) de la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT). La oportunidad de discutir el problema de la conectividad a Internet en África, limitada por varios factores, incluida la seguridad digital.
La 8ª Conferencia Mundial de Desarrollo de las Telecomunicaciones de la UIT (CMDT-UIT) se está celebrando actualmente en Ruanda, Kigali. Comenzó el lunes y continuará hasta el 16 de junio. Un encuentro importante para el sector de las telecomunicaciones que, a pesar de la escasa publicidad, reúne a la práctica totalidad de los actores del sector. Si la CMDT suele ser la ocasión para firmar todo tipo de memorandos o acuerdos público-privados en infraestructura y seguridad digital, también es un encuentro político.
Este año, El presidente de Ruanda, Paul Kagame, llamó la atención de los participantes sobre la falta de conectividad en África.. Además, la UIT aprovechó la Conferencia para dar a conocer su informe anual sobre conectividad en el mundo.
Según el informe, el 32% de la población mundial aún no está conectada a Internet. En África, la cifra es del 49%. En cuanto a la cobertura de la red de banda ancha móvil, se estima en el 82% de las áreas pobladas de África frente al 95% a nivel mundial.
Por lo tanto, sería justo deducir que la preocupación por la conectividad en África está al nivel de los proveedores de servicios de Internet (ISP). Pero también con usuarios potenciales, la mayoría de los cuales simplemente no pueden obtener un dispositivo con acceso a la web o pagar una suscripción. Falta de recursos por la crisis económica y sus vaivenes, como el paro, el coste de la vida, pero no solo.
¿Por qué Internet es tan caro en África?
Algunos países africanos, como los países del norte de África, Sudán y la República Democrática del Congo, se encuentran en el promedio mundial alto de países con el acceso a Internet más barato. Otros países, como Mozambique, Ghana, Nigeria y Guinea-Bissau, sufren lo contrario, con un acceso ilimitado a Internet que cuesta más de 200 dólares al mes.
Esto no tiene en cuenta la disparidad en el poder adquisitivo entre los países africanos y el resto del mundo. Pero eso subraya la inaccesibilidad a Internet para la mayoría de los habitantes de ciertos países africanos.
“El acceso a Internet de banda ancha (en África, nota del editor) no ha seguido el ritmo de la transformación digital y la digitalización de la economía en el mundo. Si no se controlan estas desigualdades, el desarrollo se acelerará cada vez más en ciertas partes del mundo, mientras que en otras se ralentizará”, lamentó este martes el presidente de Ruanda, Paul Kagame.
De hecho, en su informe, la UIT ha establecido claramente que la conectividad a Internet sigue de cerca el índice de desarrollo humano. No se puede deducir ningún vínculo causal de esta comparación, pero no obstante sigue siendo relevante.
La ciberseguridad, otro peligro de la conectividad rápida y menos costosa
Del lado de los proveedores de telecomunicaciones nacionales africanos, la observación es la misma: establecer una infraestructura sólida es costoso. La UIT estima que: “Debido al bajo ancho de banda general proporcionado por las conexiones por cable, gran parte del tráfico de Internet en África pasa a través de costosos enlaces satelitales. Así, en general, el coste del acceso a Internet (y más aún del acceso a banda ancha) resulta inasequible para la mayoría de la población”.
Varios actores de las TIC han ofrecido sus servicios para solucionar este problema. Huawei, Facebook y el consorcio 2Africa, que agrupa a varias empresas de telecomunicaciones -Orange, Vodafone, MTN y STC, entre otras- ya están instalando conexiones de cable submarino en África.
Sin embargo, estas infraestructuras siguen planteando el mismo problema: la cibervigilancia. Según el periodista de datos Maxime Vaudano, Estados Unidos y Reino Unido monitorean gran parte de los intercambios a través de los cables submarinos desde el Atlántico hasta el Pacífico. Esto contrasta la preocupación por la conectividad con el problema de la ciberseguridad.
Sobre este punto, Paul Kagame dijo: “Los jóvenes son los miembros más conectados de la sociedad, pero esto también significa que son los más expuestos a los riesgos de seguridad y privacidad en línea”.
Entonces, es cierto que no es una cuestión de edad, sino de alojamiento y cifrado de datos. Dos factores que simplemente requieren poder de cómputo en los centros ubicados en los territorios de los estados o bloques de estados. En este aspecto, África está sin duda muy expuesta. Los países africanos incluso subcontratan el alojamiento de datos gubernamentales y pocos países invierten en centros de datos.
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Conectividad versus regulación: el rol de Estados Unidos
Un tercer imperativo paraliza actualmente la conectividad en África: la regulación.
Desde 2012, la UIT, que organiza esta conferencia, ha estado tratando de convencer a los Estados para que se adhieran a las Regulaciones Internacionales de Telecomunicaciones (RTI). La agencia de la ONU cree, de hecho, que con la hegemonía de Internet en las telecomunicaciones, se debe adoptar una regulación global.
Fue entonces en Dubái, en 2012, cuando la negativa a firmar el ITR por parte de 55 países, todos occidentales, puso fin a los intentos de instalar una gobernanza de internet supervisada por la UIT, y por tanto por la ONU. Hasta el 28 de abril, fecha de la firma por 61 Estados de la Declaración para el Futuro de Internet (DFI). Un tratado estadounidense rechazado por la mayoría de los países africanos.
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Los argumentos esgrimidos por Estados Unidos fueron los de establecer “una internet global” donde “los gobiernos se abstengan de cerrar Internet o limitar el acceso a ella”. Sin embargo, con la interconectividad y la asignación de nombres de dominio en Internet ya controlados por la ICANN, no sorprende que muchos países desconfíen de la DFI.
La propuesta de la UIT, y de las Naciones Unidas en general, era completamente opuesta. El entonces secretario general de la organización, Hamadoun Touré, explicó que la prioridad era establecer "marcos más eficaces para combatir el fraude y otro tipo de delitos". Cuando se le preguntó acerca de los riesgos de censura incluidos en el ITR de 2012, Touré simplemente recordó a los estados miembros que ya tenían derecho a hacerlo en virtud de la Constitución de la UIT.
Diez años después, por tanto, el “riesgo de censura” de Internet por parte de los Estados se ha permutado, para 61 países, por un control total de ICANN. ¿Un golpe fatal para la soberanía digital de los 4 países africanos que han firmado el DFI? Haber.