Finlandia quiere recortar la ayuda al desarrollo asignada a los países que apoyan a Rusia. En particular, los países europeos, puestos "bajo vigilancia" por el gobierno finlandés.
Otros países fueron menos claros. Pero para Finlandia y su nuevo gobierno, encabezado por una coalición que incluye a la extrema derecha, no comprometeremos ningún apoyo a Rusia. Así lo acaba de anunciar el ministro finlandés de Comercio Exterior y Desarrollo, Ville Tavio. Este lunes, durante una rueda de prensa dedicada a la ayuda al desarrollo destinada a los países más pobres, el líder finlandés mencionó una drástica reducción de los presupuestos, que además serán redirigidos, por unos pocos millones de euros, a Ucrania.
Pero para la ministra, la novedad es sobre todo que Finlandia, a partir de ahora, condicionará sus ayudas a una posición clara de los beneficiarios respecto al conflicto entre Rusia y Ucrania. “Finlandia no otorgará ayuda para el desarrollo a gobiernos o entidades que apoyen la guerra de agresión de Rusia”, dijo Ville Tavio, quien señala expresamente con el dedo a África. “Hemos visto que los países africanos apoyan a Rusia. Estos países serán puestos bajo vigilancia”, amenazó.
Un mensaje claro enviado a varios países socios de Finlandia, como Etiopía, Kenia, Mozambique, Somalia y Tanzania. Según Tavio, estos “países en desarrollo deberían centrarse en su desarrollo interno en lugar de tolerar la guerra de Rusia”. El ministro nos asegura “vigilar a los países que reciben ayuda de Finlandia” pero que “optan por no respetar el orden internacional basado en las normas y la soberanía del Estado ucraniano”.
La soberanía de las políticas exteriores africanas, por otro lado, parece interesar poco al ministro finlandés. Para el sudafricano Themba Godi, exmiembro de la Asamblea Nacional, la salida del ministro finlandés es "vergonzosa". La amenaza del gobierno de este país europeo, dice, es "un caso clásico de diplomacia coercitiva donde se utilizan amenazas y chantajes para obtener determinados cargos". Una amenaza que Godi califica de inmediato como "chantaje".
Pero, ¿y si se tratara de encontrar una excusa para que Finlandia dejara de asignar ayuda al desarrollo a determinados países africanos? El país europeo, que no respeta las recomendaciones de la ONU al destinar mucho menos del 0,7% de su renta nacional bruta a la financiación del desarrollo, quisiera reducir su ayuda en varios cientos de millones de euros. Para el gobierno finlandés, reducir su apoyo a África también tiene sentido después de que el país decidiera endurecer sus leyes de inmigración.