Seis meses después de la disculpa del Primer Ministro, el Rey de los Países Bajos también quiso disculparse por el período colonial y por la esclavitud.
El pasado mes de diciembre, el rey Willem-Alexander de los Países Bajos solicitó la apertura de una investigación para arrojar luz sobre el papel de la familia real de Orange en la política colonial de los Países Bajos. Mientras que, por su parte, el gobierno de su país anunció una disculpa oficial por venir por la participación de Holanda en la trata transatlántica de esclavos. Al mismo tiempo, anunció la creación de un fondo de 200 millones de euros "para la transmisión de este pasado esclavista" y la creación de un museo sobre la esclavitud.
Un gesto contundente, ya en su momento, cuando solo ciudades como Ámsterdam o La Haya -además del Banco Central holandés- habían pedido disculpas por la esclavitud. Para el estado holandés, esta fue la primera vez. Y, este sábado, el Rey Willem-Alexander de los Países Bajos fue aún más lejos al presentar su disculpa oficial. “Como rey y miembro del gobierno”, el rey se aseguró de “presentar (sus) disculpas personales”, en el Oosterpark de Amsterdam, frente a cientos, incluso miles, de descendientes de esclavos de Surinam, de Aruba, Bonaire o Curazao.
La declaración de Willem-Alexander es un mensaje fuerte. En primer lugar porque tiene un alcance nacional, habiéndose implicado personalmente el rey en el plan de reflexión sobre el pasado colonial y esclavista de los Países Bajos, donde otros países europeos, como Francia, son más cautelosos. Sin embargo, la historia habla por sí sola: en total, cerca de 600 africanos se vieron obligados a unirse a América del Sur y el Caribe, con la colonización holandesa. El discurso real, seis meses después de que el primer ministro Mark Rutte emitiera la disculpa oficial del gobierno, muestra que Holanda quiere seguir adelante. Este último incluso había hablado de un "crimen contra la humanidad" para evocar el pasado esclavista de los Países Bajos.
Queda el hecho de que, a partir de ahora, si los descendientes de esclavos o los países africanos interesados consideran que las disculpas reales son un primer paso hacia la reconciliación, también esperan reparación.