A menos de seis meses de las elecciones de Zimbabue, un texto de ley, que debe ser ratificado por el presidente Mnangagwa, prevé prohibir a las ONG hablar de política. ¿Una forma de reprimir cualquier disputa?
Faltan pocos meses para las elecciones generales en Zimbabue. El próximo mes de julio, los votantes votarán notablemente por su presidente. El Zanu-PF (Unión Nacional Africana de Zimbabue-Frente Patriótico), el partido presidencial, pretende mantener el poder. Emmerson Mnangagwa es candidato a su propia sucesión y tiene la intención de regresar después del verano para un nuevo mandato..
¿Incluso si eso significa confiar en un arsenal legislativo hecho a la medida? En cualquier caso, esto es lo que temen las Naciones Unidas. Clément Voule, relator para la libertad de asociación en la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, cree que el gobierno de Zimbabue está tratando de amordazar a las ONG gracias a textos en proceso de aprobación.
De hecho, el 1 de febrero, el Senado de Zimbabue aprobó una ley cuyo objetivo oficial es “luchar contra el terrorismo y el lavado de dinero”. Pero Clément Voule ve en ello un deseo de silenciar a las ONG. Porque el texto también prevé sancionar a las organizaciones no gubernamentales que se dedican a la política.
Una redacción lo suficientemente vaga como para preocuparse. “Una organización que defiende a una persona que ha sido detenida, torturada, pero que es miembro de un partido político, esta organización podría verse como haciendo un trabajo político”, explica el relator del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los derechos humanos.
¿El fin de las críticas contra el gobierno?
El momento cuestiona a la ONU. Porque se acercan las elecciones y podríamos vincular la ratificación de este texto a un deseo del presidente en funciones de amordazar a parte de la oposición. “Sabemos muy bien, vemos las pasadas elecciones, que por lo general son elecciones muy violentas y que además están impregnadas de represión”, prosigue el ponente.
Para la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, sí es importante preguntarse si a partir de ahora no se prohibirá a las ONG denunciar actos de represión cometidos durante una campaña o en las votaciones.
Ahora queda un paso importante: después del Senado, le toca al presidente Emmerson Mnangagwa ratificar esta ley. Lo que Naciones Unidas le pide al Jefe de Estado que no haga, “porque da una señal, una mala señal. La ley, tal como está ahora, con el régimen que impone, las restricciones, las disposiciones, solo pretende amordazar todas las críticas y también amordazar a todas las personas que estarían tentadas a criticar cualquier acción del gobierno en la proximidad de las elecciones. .