Icono del sitio El diario de África

En Sudán, un proyecto de base militar rusa que irrita a Washington

La potencia sudanesa asegura estar discutiendo con Rusia relanzar un proyecto de base militar naval en el Mar Rojo. Estados Unidos amenaza al general al-Burhane con "consecuencias" si se firma un acuerdo con Moscú.

El Estrecho de Bab-el-Mandeb, y el Mar Rojo con él, atrae la codicia militar. Una cuestión estratégica internacional que nada debe a que más del 40% del tráfico marítimo mundial pasa por este estrecho de unas pocas decenas de kilómetros. Entonces, inevitablemente, cuando hablamos de una posible presencia rusa en la región, especialmente cuando es militar, del lado de Washington, vemos rojo.

En Sudán, mientras era objeto de dos órdenes de arresto internacionales emitidas en 2009 y 2010 por la Corte Penal Internacional (CPI) por genocidio, crímenes de lesa humanidad y crímenes de guerra en Darfur, la de Omar el-Bashir se volvió hacia Rusia. Había convencido a Moscú en 2017 de abrir una base militar rusa en el Mar Rojo, a cambio de un acuerdo que permitía a Jartum adquirir cazas SU-30 y misiles tierra-aire.

El-Bechir había "propuesto a Putin que Sudán fuera la puerta de entrada de Rusia a África e invitó a las empresas rusas a participar en el desarrollo de su industria petrolera", resumen Hicham Mourad y el almirante Patrick Hébrard, de la Fundación para la investigación estratégica, en un informe dedicado a el mar Rojo. Pero después de la salida forzosa del dictador sudanés, la base militar finalmente quedó en la etapa de proyecto.

Soberanía, sí, pero...

Sin embargo, según general al-Burhane, bien podría renacer de sus cenizas. Se refirió a las “discusiones” con Moscú respecto a esta base naval rusa en la costa del Mar Rojo en los últimos días. Lo que molesta a los estadounidenses que también parecían ya conscientes.

“Algunos informes indican que Rusia está tratando de implementar el acuerdo que firmó con el derrocado presidente Omar al-Bashir en 2017 para establecer una base militar que le daría acceso al Mar Rojo. Todos los países tienen el derecho soberano de decidir con qué otros países cooperar, pero estas elecciones, por supuesto, tienen consecuencias”, amenazó el embajador de Estados Unidos en Sudán, John Godfrey.

Estados Unidos ya había intentado, en 2014, impedir que Yibuti firmara un acuerdo militar con Rusia. Washington había trabajado con éxito, pero no pudo evitar la instalación de una base naval china dos años después. La Casa Blanca vería con malos ojos la reactivación del proyecto ruso-sudanés, especialmente en este período de conflicto en Ucrania.

Ya, la diplomacia estadounidense afirma que la firma de este acuerdo “aislaría a Sudán de la comunidad internacional” y “perjudicaría los intereses del país”. Antes de asegurar, no sin cierta ironía, que Estados Unidos podría ser “un buen socio para Jartum”.

Salir de la versión móvil