Mientras la oposición estaba en pleno funcionamiento durante las elecciones municipales y legislativas, los opositores no quieren oír hablar de un sindicato para las elecciones presidenciales de Senegal de 2024. ¿Una ventaja para el presidente Macky Sall?
A finales de julio, las elecciones legislativas habían sido una oportunidad para que la oposición senegalesa comprobara que el viejo proverbio "la unión hace la fuerza" seguía siendo válido. Al unirse y presentar listas comunes, las coaliciones “Yewwi Askan Wi” y “Walu Senegal” obtuvieron 80 y 56 escaños respectivamente en la Asamblea Nacional.
"Esto permite evitar competir en la misma circunscripción", explicó Pape Sarr, uno de los ejecutivos de la coalición Wallu Senegal, quien saludó "esta estrategia" que tenía como objetivo "contrarrestar a la coalición presidencial, Benno Bokk Yakaar, en las zonas rurales ”.
Y la misión fue bastante bien cumplida: las elecciones legislativas senegalesas fueron reñidas y la oposición consiguió cosechar buenos resultados en departamentos importantes, ya fuera en Thiès, Ziguinchor o Saint-Louis, donde no obstante se postulaba Mansour Faye, ministro de Infraestructuras y Transportes Terrestres.
Sí, pero ahora, la unión era solo una fachada. Porque a nivel nacional, para el voto proporcional, las dos coaliciones aliadas en los departamentos han decidido presentar sus propias listas separadas. “Entre los oponentes, hay una guerra de ego, pero no solo. Difícil para algunos aliarse con programas muy diferentes, si no oponerse al poder de turno”, resume un sabio observador de la política senegalesa.
Las aplicaciones están lloviendo
Ciertamente, el sindicato fue apreciado por los militantes. Sobre todo porque hacía diez años que la oposición no estaba tan unida. Pero para las próximas elecciones presidenciales, en 2024, la unión no será una opción, ni para Ousmane Sonko, ni para Khalifa Sall, ni siquiera para Karim Wade. Porque, justo después de las elecciones legislativas, varios opositores de renombre decidieron anunciar oficialmente que serían candidatos en año y medio.
Si Khalifa Sall, el exalcalde de la capital, ya había indicado que quería ser candidato en 2024, y que Karim Wade, a pesar de su exilio en Qatar, también intentará serlo, una candidatura que tiene muchas posibilidades. de ser invalidado-, varias otras personalidades senegalesas han anunciado su intención de postularse para el puesto de Macky Sall. Entre ellos, el principal opositor del presidente: Ousmane Sonko.
Hace unos días, el opositor se declaró candidato: “Yo, Ousmane Sonko, Dios quiera y si mi partido lo quiere, soy candidato a las elecciones presidenciales de 2024. Nadie está mejor posicionado que nosotros para ganar”. El 18 de agosto, Sonko pidió a “los militantes que orienten todos sus esfuerzos a captar jóvenes votantes primerizos para que vayan y se registren masivamente en las listas electorales, a instalar células en todas las parcelas del territorio nacional”.
Por lo tanto, todos están en condiciones de trabajar con el objetivo de febrero de 2024. Pero otros oponentes también están en la parrilla de salida. Entre ellos, el empresario Bougane Guèye Dany, pero también el fundador del Grand Parti, Malick Gakou.
Macky Sall: aparece o encuentra un delfín
Una oposición que por tanto llega dispersa, cuando aún faltan dieciocho meses para las elecciones. Ya sea que aparezca o no, Macky Sall puede estar tranquilo. Sobre todo porque con los casos legales en los que están enredados, puede que Karim Wade, Khalifa Sall y Ousmane Sonko ni siquiera estén en la línea de salida.
Aún así, la campaña comienza muy, muy temprano. Con, en la cabeza de Sonko, un objetivo: poner un rayo en las ruedas de Macky Sall para que no pueda postularse para un tercer mandato. Para ello, el opositor ya tiene una estrategia: dentro de la Asamblea Nacional, “hemos identificado una serie de escándalos sobre los que habrá que exigir la constitución de comisiones parlamentarias de investigación”, advierte. En otras palabras, durante el próximo año y medio, Macky Sall sufrirá la ira de sus oponentes.
Pero si la oposición no logra unirse, en cuanto a las elecciones legislativas, las elecciones presidenciales de 2024, sin duda, se inclinarán a favor del jefe de Estado senegalés, quien aún tiene una carta importante que jugar: si no se presenta, Macky Sall tendrá que designar a su delfín. Con Sonko, Sall o incluso Wade jugando "cada quien por sí mismo", esto deja al presidente senegalés con tiempo adicional para reflexionar.