En Nigeria, a tres días de las elecciones presidenciales, Peter Obi es el favorito en las encuestas. Una primicia para el Partido Laborista, que espera entusiasmar a las dos formaciones históricas del país, el APC y el PDP.
Por lo general, las elecciones en Nigeria se reducen a un duelo entre el candidato del Congreso de los Progresistas (APC), el partido actualmente en el poder, y el del Partido Democrático Popular (PDP). Pero este 25 de febrero, un grano de arena podría parar las dos máquinas. Fue el pasado mes de septiembre cuando las encuestas empezaron a favorecer a Peter Obi, el candidato del Partido Laborista. Una encuesta de la empresa estadounidense Premise Data Corp. incluso lo anunció, en su momento, vencedor en la primera vuelta.
Esta elección es una gran primicia para Peter Obi: el empresario, que fue varias veces gobernador del estado de Anambra, había sido nombrado compañero de fórmula de Atiku Abubakar, el candidato del PPD, durante las elecciones presidenciales de 2019. En 2022, Obi deja la máquina que Es el PPD para unirse al Partido Laborista. Con una representación muy limitada en la Cámara de Representantes y el Senado, nadie habría apostado una naira por el Partido Laborista en ese momento. Finalmente, tendremos que contar con esta formación política el 25 de febrero.
Dos máquinas electorales, un forastero
Sin embargo, el Partido Laborista no es nada comparado con las dos máquinas electorales que son el PDP y el APC. Pero Obi supo seducir a un joven desatendido, en particular manejando las redes sociales con mano magistral. “Si está bien colocado en las encuestas y tiene un alto índice de popularidad, eso no quiere decir que vaya a ganar la papeleta”, matiza un observador de la vida política nigeriana. Porque un partido debe saber movilizar a los votantes y el Partido Laborista no tiene realmente experiencia en ese campo”. Especialmente con un país que importa. 93 millones de votantes y cerca de 180 colegios electorales.
Mientras espera el fatídico día, Obi sigue movilizando a sus tropas. Y para seducir a un electorado que esperaba un cambio. Y Peter Obi bien podría representar este nuevo viento. Primero, porque el exgobernador de Anambra presenta un balance positivo para este estado ubicado en el sureste de Nigeria. Cuando asumió el cargo, Anambra estaba al borde de la bancarrota. Obi lo transformó, creen sus seguidores. Y luego, la situación actual, marcada por la crisis económica, muestra los fracasos del PDP y la APC, las dos formaciones históricas del país. Parte del electorado rechaza este sistema y espera algo nuevo.
Es ahora o nunca ! “, insiste Peter Obi en las redes sociales. Un eslogan -un hashtag también- con el que el empresario que ha entrado en política espera sacudir a Atiku Abubakar y Bola Tinubu, respectivos candidatos del PDP y del APC. Estos dos últimos siguen convencidos de poder ser elegidos, ya sea en primera o segunda vuelta. Pero en el fondo, también saben que no se puede descartar una sorpresa. Y el ascenso de Peter Obi tiene motivos para preocuparlos. Este último bien podría jugar el aguafiestas en los próximos días.