El mercado de la vainilla está en crisis en Madagascar. La política económica del presidente Andry Rajoelina, lanzada en 2020, no ha dado sus frutos.
El sector de la vainilla en Madagascar está perdiendo terreno. Lo que obliga a las autoridades a preocuparse por ello. El presidente Andry Rajoelina creó un "Comité Vainilla", en el que nombró a los miembros de su gobierno. Objetivo declarado: hacer del Estado un actor importante en un sector que actualmente queda en manos de operadores privados.
Porque siete meses antes de las elecciones presidenciales, para Andry Rajoelina hay mucho en juego: la presidencia había allanado el camino para una política de fijación de precios hace tres años, con un precio mínimo de 250 dólares por kilogramo. Este es un fiasco. Sin embargo, la vainilla proporciona alrededor de una cuarta parte de las ganancias e ingresos de exportación del país.
Excepto que Madagascar, que es el principal productor mundial de vainilla y monopoliza el 80% del mercado, ahora se encuentra con existencias de vainilla sin vender. La culpa es de la desconfianza por parte de los compradores internacionales y productores locales, quienes no entendieron la fijación de un precio mínimo de exportación, la obligación de repatriar todas las ganancias en moneda extranjera o incluso la dificultad para obtener aprobaciones de exportación.
Dudas confirmadas por el comerciante Aust & Hachmann, que acaba de publicar un informe en el que menciona una “futura erosión de precios”. El Grupo de Exportadores de Vainilla de Madagascar (GEVM), el principal sindicato de exportadores de vainilla del país, cree que hay un simple "problema de demanda, pero no porque haya demasiada vainilla". Hay existencias pero estas existencias podrían ser absorbidas. Todo depende de la actitud de los compradores”.
Beneficios de Uganda
Es papel de la firma comercial mostrar que la política establecida por el presidente en 2020 no es viable. ¿Pero quién tiene razón? El sindicato acusa al comerciante de haber ayudado a crear un mercado paralelo. Aust & Hachmann “compraba vainilla en Madagascar y la revendía muy por debajo del precio mínimo fijado para la exportación”, afirma el sindicato.
En general, los compradores internacionales han creído durante mucho tiempo que el precio exigido está “fuera de la realidad del mercado”. En cuanto al gremio, exige que se pague mejor a los productores locales.
Mientras tanto, la crisis malgache y la postergación de la presidencia benefician a otros países productores, como Papua Nueva Guinea o Uganda. Por su parte, Madagascar sigue produciendo en masa, pero se enfrenta a una caída de las ventas.
"Muchos no jugaron el juego. Madagascar debería haber estado en una posición de fuerza, pero ese nunca fue el caso. Ante esta situación, los importadores que tenían grandes stocks decidieron esperar y comprar a cuentagotas”, asegura la GNEV.
Para Rajoelina, el tiempo se acaba. Con un sector clave de la Isla Grande entrando en una crisis interminable, el presidente está haciendo su parte. Todavía tiene medio año para enderezar el listón antes de unas elecciones cruciales.