La Corte Suprema de Kenia ha confirmado la derrota, durante las elecciones presidenciales, del opositor Raila Odinga. Acaba de perder su quinta elección presidencial.
A sus 77 años, ¿Raila Amolo Odinga podrá despedirse de la política? Mientras el histórico opositor al poder de turno pensaba que había llegado su momento, cayó víctima de un nuevo desencanto. ¿Demasiados? Entonces que La estrecha victoria presidencial del vicepresidente de Kenia, William Ruto, fue cuestionada, tanto por opositores como por miembros de la Comisión Electoral, Raila Odinga había se apoderó de la Corte Suprema, con la esperanza de que esta última devuelva a los kenianos a los colegios electorales.
La opositora había presentado una petición de 72 páginas, en la que se podía leer que no se habían tenido en cuenta 140 papeletas y que eso afectaba "de manera significativa los resultados finales en la medida en que ninguno de los candidatos alcanzó el umbral constitucional 000% + 50 voto" para ganar en la primera ronda.
La Corte Suprema tenía hasta el lunes 5 de septiembre para emitir su veredicto. Éste finalmente cayó: y William Ruto puede saborear su victoria. De forma "unánime", los jueces decidieron que se desestimaban los recursos y que Ruto era por tanto "el presidente electo" de Kenia. Por tanto, el exvicepresidente, que se ha convertido en presidente, debe prestar juramento el 13 de septiembre.
Eterno oponente, eterno perdedor
Si el campo de Raila Odinga indicó hace varios días que respetaría la decisión de la Corte, que ya canceló una elección presidencial anterior, esta decisión parece ser fatal para el opositor. Porque se trata ni más ni menos que de la quinta derrota de Odinga, que en esta ocasión tenía grandes posibilidades de conseguir sus objetivos gracias al apoyo de su antiguo contrincante, el presidente saliente Uhuru Kenyatta.
Sin embargo, “una derrota en estas condiciones demuestra que Raila Odinga nunca triunfará”, susurra uno de sus seguidores. De hecho, es difícil ver al oponente volver a alistarse en los próximos años, después de este quinto desaire. Es el final de una era, con un registro mixto por decir lo menos.
Efectivamente, hay algo positivo en la carrera de Odinga: este opositor al régimen de partido único, encarcelado sin juicio entre 1982 y 1991, consiguió entrar en el Parlamento y luego convertirse en primer ministro en 2008, tras la disputada reelección de Kibaki. Pero esta disputa había empujado a Kenia a una guerra étnica sin precedentes.
Recordaremos especialmente la lucha de Odinga en apoyo de Mwai Kibaki durante las elecciones presidenciales de 2002, que pusieron fin al reinado de un cuarto de siglo del dictador Daniel arap Moi.
Pero también sus muchas derrotas en cinco elecciones presidenciales. Quien contribuyó a escribir su leyenda, la de un opositor que pesa en los debates, pero no en las encuestas.