El Mecanismo Europeo de Ajuste Fronterizo del Carbono corre el riesgo de reducir las exportaciones africanas a Europa. Algunos países africanos están más amenazados que otros.
Hace apenas un año, los países europeos llegaron a un acuerdo: los ministros de Economía de los países del Viejo Continente decidieron gravar las importaciones según su huella de carbono. Buenas noticias para la ecología, pero no necesariamente para África. Porque el Carbon Border Adjustment Mechanism (MACF), defendido en particular por Francia, podría costarle muy caro al continente. Explicaciones.
El principio del MACF, decidido en marzo de 2022 y ratificado en diciembre, es bastante simple: consiste en gravar las importaciones de la UE en las fronteras, de acuerdo con el equilibrio ambiental de los productos importados. Se trata de cinco sectores que, para el medio ambiente, son perjudiciales: acero, aluminio, hierro, cemento, hidrógeno, fertilizantes y electricidad.
Sin embargo, África es un importante exportador de materias primas a Europa. Este es por ejemplo el caso de Guinea. País minero por excelencia, Guinea cubre el 60% de los suministros europeos de bauxita. Y en el corto, o incluso mediano plazo, es difícil imaginar una extracción de bauxita que sea neutral en términos de emisiones de carbono.
“A nivel africano, otros países parecen aún más afectados por estas medidas de ajuste fronterizo de carbono. En particular Sudáfrica, Mauritania o Mozambique, que están perdiendo la oportunidad de cosechar la creación de valor agregado inducida por la transformación de su principal producto de exportación”, escribió Mohamed Lamine Sidibé, fundador del Observatorio de Minas y Metales de Guinea, pasado abril.
¿Pronto otros sectores afectados?
Así lo acaba de confirmar un informe de la Comisión Presidencial sobre el Clima, en Sudáfrica. Según los expertos de este informe publicado el 14 de febrero, el MACF “podría provocar una caída de entre un 30 y un 35 % en las exportaciones africanas a la Unión Europea”.
Si bien África todavía tiene algunos meses para prepararse para lo peor (este mecanismo se implementará gradualmente a partir de octubre de 2023), el futuro parece sombrío. Porque además de los siete sectores afectados, otros sectores podrían incluirse en la lista del MACF en los próximos años, como el refinado del petróleo, el papel, la química orgánica o incluso la cal.
La Comisión Climática de Sudáfrica estima que “se espera que las exportaciones africanas de los sectores cubiertos por el Mecanismo de Ajuste Fronterizo del Carbono al mercado europeo alcancen los 3,9 millones de euros en 2030”. Estimación de pérdidas de hasta más de 2 millones de euros al año.
Ya, indica el informe sudafricano, además del déficit por los impuestos aplicados en las fronteras, Europa debería reducir sus importaciones. La comisión prevé descensos en las exportaciones a la UE del 16 %, 30 % y 45 % de aluminio, hierro y acero, y cemento para 2030.