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[Estado de ánimo de Tonakpa] Las nuevas “democracias militares”

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Cada semana, encuentre el trazo de lápiz y el boleto de estado de ánimo de Tonakpa. El dibujante beninés se interesa este miércoles por las nuevas "democracias militares" y la imagen que transmiten.

Malí, Guinea, Sudán, Chad… El año 2021 estuvo marcado por sucesivos golpes de Estado a un ritmo sostenido en África, y más concretamente en África Occidental. Antes de continuar en 2022, con Burkina Faso. A menudo, beneficiándose del apoyo de sus poblaciones, los soldados han arrebatado el poder a presidentes que se han quedado sin fuerzas.

Surge ahora la pregunta sobre el futuro de la democracia en estos países. En Sudán, el primer ministro civil Abdallah Hamdok acabó tirando la toalla, en un país habitualmente bajo el yugo militar. Mientras tanto, Chad no ha cambiado mucho, con un Déby, el hijo, reemplazando a otro, el padre.

Para Guinea, Burkina Faso y especialmente Malí, la situación es diferente. Las juntas en el lugar tienen una ventaja: la de estar todavía y siempre apoyadas por una gran parte de sus poblaciones, en particular gracias a los discursos hostiles a las antiguas potencias coloniales.

La comunidad internacional parece muy impotente ante estas nuevas fuerzas presentes. Como resumió el Centro Africano de Estudios Estratégicos, en el momento del golpe en Conakry, “reconocer el golpe en Guinea solo alentaría una futura intervención militar. Pero devolverle su silla a Alpha Condé no restauraría la democracia.

Hoy, es claro que los militares tienen argumentos para presentar. Además de los resultados muchas veces desastrosos de presidentes depuestos por militares, no se puede decir que las juntas en cuestión terminaron con el estado de derecho para imponer dictaduras.

"No un golpe, sino una acción inaugural"

En Guinée, l'homme fort de l'armée, le colonel Mamady Doumbouya, avait ainsi assuré que « ce geste que nous posons aujourd'hui n'est pas un coup d'État mais une action inaugurale permettant de créer les conditions d' un estado. Más precisamente, un estado de derecho”.

Salvo que la comunidad internacional, la CEDEAO y Francia en particular, ya parecen condenar estas nuevas democracias militares, después de haber apoyado ciegamente a presidentes que les conquistaron. Con, por supuesto, dos pesos, dos medidas. Porque si Déby hijo no está amenazado, porque leales a Emmanuel Macron, Assimi Goïta y Mamady Doumbouya, deben tener sus espaldas y lidiar con las sanciones impuestas por una CEDEAO que sigue ciegamente a Francia.

Sin embargo, es solo al final de las transiciones que podremos juzgar los resultados de las juntas en el lugar. Estas nuevas "democracias militares" permiten una redistribución de las cartas. En Mauritania, el coronel Vall había acertado en su apuesta, la de tomar medidas contundentes y no presentarse a la presidencia.

Ahora debemos dar a los militares la oportunidad de reformar sus respectivos países. Solo después de algunos años podremos juzgar los méritos o no de los diversos golpes de Estado de los últimos meses.

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