China continúa invirtiendo en el norte de África. ¿Se basará la cooperación en acuerdos diferentes a los más antiguos que unen a China y los países del África subsahariana?
"No se atrapa al zorro dos veces en la misma trampa", dijo Aristóteles. La cooperación china con los países del África subsahariana a veces ha ido en detrimento de estos últimos. Varios estados africanos se han vuelto hacia el Reino Medio, algunos caen en la trampa de la deuda. A pesar de su reputación, China sigue siendo un importante aliado de África, que en los últimos años ha tenido que superar la crisis financiera de 2008, la recesión de 2015, la crisis del Covid-19 en 2020 y aún hoy, la crisis económica por la la guerra en Ucrania por un lado y el embargo contra Rusia por el otro.
En medio de todo esto, China continúa su expansión hacia el norte de África, pero con nuevas condiciones. Según la organización Carnegie, “las estrategias de desarrollo chinas se adaptan a las realidades locales”. “El comercio entre China y el norte de África ha crecido significativamente desde principios de la década de 2000, pero ha replicado en gran medida patrones comerciales desiguales. Desde su presentación, la Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI, por sus siglas en inglés) y el Documento de política árabe de 2016 del gobierno chino han señalado la promesa de un cambio cualitativo en el compromiso de China en la región. China está comprometida con aumentar la inversión en sectores de alto valor agregado y fortalecer la cooperación en ciencia y tecnología con los países del norte de África.
En términos de cifras, las relaciones de China no son iguales con todos los países del norte de África. El Reino Medio ha puesto especialmente su mirada en Argelia y Egipto.
Déficit comercial entre China y el norte de África
Las relaciones chino-argelinas son históricas. Con más de 40 nacionales en Argelia, China tiene la comunidad extranjera más grande del país. En 2015, ya había 790 empresas chinas que habían obtenido infraestructura, importación de bienes u otros contratos.
A finales de marzo, las empresas chinas Wuhuan y Tian'an formaron, con Sonatrach, la Argelian Chinese Fertilizers Company (ACFC). Un megaproyecto para la producción de fertilizantes fosfatados estimado en 7 mil millones de dólares.
Leer: Argelia-China: fertilizantes, agricultura… y política
Pero en términos de comercio, Argelia y los países del norte de África en general tienen un déficit cada vez mayor, importando mucho más de lo que exportan a China. En 2020, por ejemplo, Argelia importó bienes por valor de 5,6 millones de dólares de China, con exportaciones que no superaron los XNUMX millones de dólares.
El mismo año, Egipto importó 13,6 millones de dólares en productos chinos frente a poco más de 900 millones en exportaciones. Un déficit comercial que explicaría la "generosidad de los bancos y empresas chinos en el norte de África". Porque, a diferencia de los países del África subsahariana, la inversión directa de China es muy limitada, no supera los 3,5 millones de dólares, o el 8% de la inversión extranjera directa de China en África, y el 0,15% en el mundo.
Infraestructura, fortaleza de las empresas chinas
Precisamente, las relaciones comerciales desiguales se compensan con la competitividad china en términos de infraestructura. Los contratos ganados por promotores chinos en el Magreb ascienden a 70 millones de dólares entre 2009 y 2019.
Entre los proyectos más importantes se encuentra la autopista este-oeste, que se extiende a lo largo del norte de Argelia. Autopista de 1 kilómetros construida por la empresa china Citic-Crcc. La misma empresa que, además, había construido dos tercios del tramo Argel-Abuja de la carretera transahariana, y financiado gran parte de él con contratos de mantenimiento.
También en Túnez, las empresas chinas de obras públicas han demostrado su valía. La construcción del hospital de Sfax, la segunda ciudad más grande del país, se completó en un tiempo récord: 14 meses. Lo mismo para el proyecto la Academia Diplomática de Túnez. Una universidad que sustituirá al Instituto Diplomático de Formación y Estudios (IDFE), construida en tres años y financiada íntegramente por la parte china.