Los jugadores de Benín tuvieron que jugar un partido en Ruanda, después de que la CAF cambiara de opinión en el último momento. ¿Los Cheetahs han sido dañados por la instancia?
Dado que ya no se les apodan las Ardillas, sino los Guepardos, tras una orden del Ministro de Deportes de Benin de fecha 17 de febrero, los jugadores de la selección de Benín han encadenado las aventuras. En realidad, además, los problemas empezaron mucho antes para los jugadores del técnico Gernot Rohr.
De hecho, mientras las Ardillas esperaban clasificarse para la Copa Africana de Naciones en Camerún el 30 de marzo de 2021, habían vivido un momento divertido en Sierra Leona. Benin se negó a jugar después de que sus jugadores estrella dieron positivo por Covid-19. El partido había sido aplazado, antes de volver a ser aplazado por casos detectados en la selección sierraleonesa. Sierra Leona se había clasificado y Benin había denunciado una emboscada.
Dos años después, la Federación Beninesa de Fútbol (FBF) vuelve a sentirse agraviada. Benín y Ruanda se enfrentarán en las eliminatorias para la CAN 2024, que tendrá lugar en Costa de Marfil. Mientras los Squirrels, ahora llamados Cheetahs, iban a recibir a los ruandeses en Cotonou el 22 de marzo, antes de un partido de vuelta previsto cinco días después en Huye, la Confederación Africana de Fútbol (CAF) puso todo patas arriba.
Un acuerdo caído del cielo
Teniendo en cuenta que las infraestructuras de Huye, en particular turísticas, no estaban adaptadas, la CAF decidió que los dos partidos se jugaran en Cotonou. Pero los jugadores ruandeses decidieron lo contrario: se unieron a Kigali, para jugar su partido en el estadio Pelé. Salvo que esto último no esté homologado por CAF, las gradas no podrán albergar espectadores. Pero la CAF aún dio su visto bueno a Ruanda e impuso un partido a puerta cerrada.
¿Cómo podía CAF haber dado su consentimiento? Los observadores ven esto como el resultado de la amistad entre el jefe de la FIFA, Gianni Infantino, y el presidente de Ruanda, Paul Kagame. El 16 de marzo, la FIFA organizó su congreso en Kigali.
Pero esta decisión de la CAF provocó un auténtico terremoto: porque el partido de vuelta tenía que disputarse el 29 de marzo, es decir, fuera de las fechas del parón internacional que debía terminar la víspera. Por lo tanto, Benin tuvo que prescindir de varios jugadores internacionales, que se incorporaron a sus respectivos clubes. Sin contar con Ruanda, que jugó un jugador que no debía jugar, porque sancionado.
Los benineses han presentado una reserva para denunciar la presencia de Kevin Muhire sobre el césped. Ruanda lógicamente debería perder este partido en la alfombra verde. Una bendición para Benín que, en caso de victoria sobre la alfombra verde, podría volver a enfrentarse a Mozambique, por detrás de Senegal. Queda por ver si se respetará la lógica. Porque, como ironiza el seleccionador de Benín, “la CAF ya nos ha hecho sufrir mucho antes de este partido”.