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Cómo Francia traicionó a Muamar Gadafi

Gadafi Francia

Anwar el-Sadat, Houari Boumediene y Muammar Gaddafi

En la década de 1970, las relaciones entre el líder libio Muammar Gaddafi y Francia estaban en buena forma. El 3 de junio de 1978, desde Argel, Gaddafi llamó a “una nueva guerra de independencia contra las fuerzas neocoloniales”.

El "Guía de la Revolución Libia", Muammar Gaddafi, mantuvo una relación accidentada con Occidente, y en particular con Francia. Sin embargo, confesó una fascinación por Charles de Gaulle. Muammar Gaddafi y el jefe de gabinete del entonces presidente francés, Georges Pompidou, se llevaban relativamente bien. Mientras se avecinaba la guerra del Sáhara Occidental, Pompidou estaba detrás de la retirada de los harkis desplegados a lo largo de la frontera argelino-saharaui, mientras que Gadafi apoyaba en secreto al Frente Polisario.

El acercamiento Pompidou-Gadafi continuó hasta 1974. A decir verdad, para Gaddafi, mientras los franceses no interfirieran directamente en los asuntos africanos, todo iba bien en el mejor de los mundos posibles.

Pero cuando París decidió desplegar su ejército en apoyo de Moktar Ould Daddah y Hassan II contra el Frente Polisario, entonces en Chad, entre el peor enemigo de Gaddafi, Hissène Habré, no tardó en desmoronarse la frágil alianza entre Francia y Trípoli.

Muammar Gaddafi declaró entonces que la Francia de Valéry Giscard d'Estaing “ha estado empeñada en explotar y esclavizar a los pueblos de África durante demasiado tiempo”. El 15 de febrero de 1978, Gaddafi llamó a la gente de Reunión a “acabar con el colonialismo arcaico basado en el saqueo y la violencia” en Francia.

"Las mentiras de Francia"

Pero es el 3 de junio de 1978, visitando argelia, que Muammar Gaddafi deploró "las mentiras de Francia" y llamó a "la necesidad de una nueva guerra de independencia contra las fuerzas neocoloniales".

Un discurso que marcó un antes y un después en las relaciones franco-libias. Pero a quien agradó especialmente la acogida del líder libio, el presidente argelino Houari Boumediene. Unos meses antes, Boumediene criticó el acercamiento entre Giscard d'Estaing y Rabat. "Él (VGE, nota del editor) se ha puesto la gandoura y la djellaba en la que esconde una daga marroquí", bromeó Boumediene.

Una entonces inesperada alianza entre Libia y Argelia. Boumediene había rechazado, en varias ocasiones, las peticiones de Gadafi que quería desplegar soldados en Marruecos desde Argelia. Muammar Gaddafi buscó, en 1971, apoyar a Mohamed Medbouh en su intento de derrocar a Hassan II.

El final de la década de 1970 fue, para Gaddafi, una serie de derrotas diplomáticas. Su acercamiento a Argel partía, sobre todo, de la voluntad de crear un "frente sahariano" entre Argelia, Libia y Níger, donde Gadafi había financiado el golpe de Estado de Seyni Kountché. Boumediene, por su parte, vio en Gaddafi un socio financiero fiable para el apoyo del Frente Polisario y la Organización para la Liberación de Palestina (OLP).

También hay que recordar que París le debe mucho a Muammar Gaddafi. Este último había liberado a un grupo de rehenes europeos, secuestrados por Hissène Habré y Goukouni Oueddei, entre ellos la antropóloga francesa Françoise Claustre. Pero, tan pronto como los dos rebeldes chadianos se separaron, Valéry Giscard d'Estaing apoyó rápidamente a Hissène Habré, quien más tarde se convertiría en uno de los líderes más asesinos de la historia de Chad.

Cómo Gadafi fracasó en su 'nueva guerra de independencia'

Por otro lado, la intervención francesa en Mauritania y Chad, más allá de su clara perspectiva neocolonial, había distraído mucho a Gadafi, que se había sumido aún más en la guerra civil chadiana. Había descuidado, por un lado, la necesidad de cimentar su cooperación con Argelia. Por otro lado, Gadafi también fue tomado por sorpresa en los frentes marroquí y egipcio.

Posteriormente en 1978, el presidente egipcio Anouar el-Sadat firmó los Acuerdos de Camp David, preparando el tratado israelo-egipcio y por tanto el abandono de la OLP por parte de El Cairo. En el mismo año, el rey marroquí Hassan II y el ministro de Defensa israelí, Ezer Weizman, se reunieron, en secreto, por primera vez.

El apoyo de Gaddafi al Frente Polisario en Mauritania ha resultado contraproducente para sus objetivos africanos. En efecto, el entonces presidente mauritano, Moktar Ould Daddah, había tomado decisiones contundentes en los años 1970: nacionalización de la empresa minera Miferma, salida de la zona franca, acercamiento a Malí y Senegal... Es sobre todo el estallido de la guerra en el Sáhara Occidental, gracias a los refuerzos del Polisario entrenados, armados y desplegados por Gaddafi, que venció a la presidencia de Ould Daddah. Sintiéndose acorralado, el presidente mauritano se puso del lado de Hassan II y de Francia, provocando el descontento del ejército, que acabó derrocándolo un año después.

En cuanto a la entrada de Gadafi en la guerra civil chadiana del lado de Goukouni Oueddei, sólo puso fin al alto el fuego que él mismo había negociado entre los beligerantes chadianos. Valéry Giscard d'Estaing encontró allí el pretexto perfecto para desplegar el ejército francés en N'Djamena. Desde entonces, además, el ejército francés ha tenido una presencia ininterrumpida en Chad.

Leer: [Serie] Los tiranos de África: Hissène Habré, el Pinochet de Chad

La "nueva guerra de independencia" de Gaddafi en 1978 terminó en un amargo fracaso en los frentes militar y diplomático. Cinco años después, la firma por Gadafi del Tratado de Oujda con Marruecos acabó con cualquier esperanza de alianza sólida entre Trípoli y Argel. Un contexto que socavó el desarrollo de la utópica Unión del Magreb Árabe más tarde, además.

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