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Cómo Burkina Faso logró doblegar a Francia

Retirada del embajador francés, retirada de los soldados de la Operación Sable... Entre Burkina Faso y Francia, la tela está que arde. Ouagadougou ahora dicta el camino a seguir en París.

Algunos lo ven como una crisis diplomática. Otros un simple retorno a la normalidad en las relaciones entre dos países. El fin de semana pasado, la prensa de Burkina Faso transmitió, en número, una carta del gobierno de Burkina Faso exigiendo la salida de los soldados franceses con base en Uagadugú en el marco de la Operación Sable en las próximas cuatro semanas. En un primer momento, Emmanuel Macron, el presidente francés, consideró que esta solicitud podría ser una simple “manipulación” por parte de Rusia. Pidiendo así “aclaraciones del señor Traoré sobre este tema”. El Capitán Traoré, presidente de la Transición, ciertamente no habló. Pero el gobierno finalmente confirmó su ultimátum en París.

Suficiente para obligar a París a aceptar, como dijo el portavoz del gobierno de Burkina Faso, Jean Emmanuel Ouédraogo, que "denunció el acuerdo que permite a las fuerzas francesas estar presentes en Burkina Faso". Mientras Burkina Faso afirmaba tener razón al exigir la salida de los soldados franceses, Francia jugaba por ganar tiempo. En particular, buscando una solución alternativa en Côte d'Ivoire, o incluso en Níger.

Recordatorio del embajador de Francia "para consulta"

Este miércoles, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Francia aseguró finalmente que había "recibido formalmente la denuncia, por parte del gobierno de Burkina Faso, del acuerdo de 2018 relativo al estatuto de las fuerzas francesas presentes en este país". El Quai d'Orsay continúa: “De acuerdo con los términos del acuerdo, la denuncia surte efecto un mes después de la recepción de la notificación por escrito. Honraremos los términos de este acuerdo al cumplir con esta solicitud”.

Pero el próximo mes, durante el cual Francia retirará a sus soldados, corre el riesgo de ser muy tenso entre los dos países. Recordamos la justa verbal entre París y Bamako en el momento de la retirada de los soldados de Barkhane. El caso de Burkinabè debería ser similar.

Y ya empezó con, cl jueves, retiro del embajador de Francia en Burkina Faso. Un recordatorio realizado a petición de Uagadugú. "En el contexto de los últimos acontecimientos en Burkina Faso, hemos decidido llamar a nuestro embajador en París para realizar consultas sobre el estado y las perspectivas de nuestra cooperación bilateral", dijo Francia.

Oficialmente, por lo tanto, es una medida bastante estándar. Extraoficialmente, esto significa dos cosas. Por un lado, Luc Hallade ya no era bienvenido en Burkina Faso -quien había pedido su salida el mes pasado- y su retiro es una forma de satisfacer al capitán Traoré. Por otro lado, muestra el bochorno de París ante la situación y, posiblemente, el comienzo de una crisis diplomática que seguirá agravándose si Uagadugú se vuelve hacia Moscú.

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