Entre el fiasco anunciado de la Cumbre de la Francofonía, que tendrá lugar en Djerba en noviembre, y el retraso de la RDC en la organización de los Juegos de la Francofonía, la OIF teme lo peor.
Entre Túnez y Kinshasa, la Organización Internacional de la Francofonía (OIF) no sabe a dónde acudir. Por un lado, un tema candente: la Cumbre de la Francofonía, que se celebrará los días 20 y 21 de noviembre en la isla de Djerba. Por otro lado, los Juegos de la Francofonía que, por supuesto, no se celebrarán hasta agosto de 2022. Pero la República Democrática del Congo (RDC), encargada de la organización del evento, está retrasada y se las arreglaría, en De manera más que incierta, los fondos dedicados a estos Juegos de la Francofonía. Algo de qué preocuparse dentro de la OIF, cuya prioridad por el momento es si efectivamente se llevará a cabo su cumbre tunecina.
Túnez se encamina hacia un fiasco
Porque del lado de Túnez, la organización aún no avanza. El país se enfrenta a una grave crisis sanitaria y su gobierno parece perdido. Baste decir que Hichem Mechichi no tiene realmente la cabeza en la Cumbre de la Francofonía, quien acaba de separarse de su ministro de Salud, Faouzi Mehdi, en medio de una pandemia, y mientras Túnez registra entre 100 y 200 muertes diarias por COVID-19. El jefe de gobierno también propuso a principios de junio a su presidente, Kaïs Saïed, posponer la cumbre por segunda vez. El jefe de Estado le dio un rotundo no. Salvo que nada está listo y, según fuentes cercanas al gobierno, los proveedores, incluida la agencia de eventos que organizará el evento, aún no han sido elegidos.
El 10 de junio, Louise Mushikiwabo, Secretaria General de la OIF, fue a Djerba para observar el progreso del sitio. El ruandés intentó felicitar a Túnez y creer en el optimista discurso de Wassef Chiha, quien encabeza el comité nacional encargado de organizar la cumbre. Pero el jefe de la OIF comprendió rápidamente que sería muy difícil para Túnez cumplir con los plazos, sobre todo porque el presupuesto para la organización de la Cumbre de la Francofonía aún no se ha completado. Al ministro de Asuntos Exteriores, Othmane Jerandi, le faltarían cerca de 7,5 millones de euros para poner en marcha definitivamente el proyecto. Louise Mushikiwabo vio con sus propios ojos que el trabajo aún no había comenzado. Normal, ya que el municipio de Houmt Souk acaba de lanzar sus convocatorias de licitación para el evento de noviembre.
La gestión opaca de la organización de los Juegos por parte de la República Democrática del Congo
Frente a este desastre anunciado, la OIF podría haber encontrado un poco de consuelo en el lado de Kinshasa. La capital congoleña acogerá los Juegos de la Francofonía del 19 al 28 de agosto de 2022. Louise Mushikiwabo no tuvo, esta vez, que viajar para darse cuenta la escala de la tarea que le espera a la República Democrática del Congo. Según un informe confidencial enviado por el Comité Internacional para los Juegos de la Francofonía (CIJF) a la OIF, consultado por Africa Intelligence, Kinshasa se ha retrasado considerablemente en los preparativos. Nada alarmante. Salvo que la OIF deplora una "falta de transparencia" en la gestión del expediente, especialmente en lo que respecta a los gastos, algunos de los cuales serían "injustificados", según el documento interno. Al pedir cuentas al Comité de Juegos Nacionales, la CIJF notó "inconsistencias", "deficiencias" y "debilidades legales" por parte de los organizadores.
Documentos incompletos, defectos formales en los contratos, plazos no especificados… La CIJF tiene muchas quejas contra Didier Tshiyoyo, quien encabeza el Comité Nacional de los Juegos Francófonos. Entre estos, el hecho de que el coste de las instalaciones ya no tiene nada que ver con lo inicialmente previsto. Por lo tanto, el costo de construcción de Games Village casi se ha triplicado. La OIF también solicita cuentas a la comisión, exigiendo "el número de la cuenta bancaria dedicada a los IX Juegos de la Francofonía". Porque los montos anunciados sorprenden a la CIJF, que nota una inactividad por parte del Comité Nacional pero gastos extravagantes. La organización de la República Democrática del Congo "sigue siendo frágil y carece de control", según la CIJF, que considera que los retrasos "pueden afectar ahora a la calidad del mecanismo organizativo".