La semana pasada, Togo reunió a una docena de delegaciones en Lomé para lanzar la Alianza Política Africana (APA), un movimiento panafricanista que quiere restaurar África en el lugar que le corresponde.
El momento es bastante cómico: mientras nos enteramos de que el presidente francés, Emmanuel Macron, recibirá al jefe de Estado togolés, Faure Gnassingbé, el 10 de mayo en París, Togo está por iniciativa de la Alianza Política Africana (APA), uno de cuyos objetivos es para asegurar que África “se comporte como una entidad soberana”. La APA celebró su primera conferencia ministerial el 3 de mayo en Lomé. Se reunieron ministros de Relaciones Exteriores y jefes de delegaciones de diez países del continente africano.
Durante la 77ª sesión de la Asamblea General de las Naciones Unidas, el jefe de la diplomacia togolesa, Robert Dussey, pidió “más igualdad, respeto, equidad y justicia” para África. Dussey logró convencer a los Jefes de Estado de países de todas las regiones africanas para que se sumaran a su iniciativa: Angola, Burkina Faso, República Centroafricana, Gabón, Guinea, Libia, Malí, Namibia y Tanzania.
Llama la atención ver a Burkina Faso y Malí, rechazados por las instituciones subregionales y continentales, unirse a la APA, que se parece al Movimiento de Países No Alineados, la versión africana. Dussey deploró “el papel que le corresponde a África en la marcha del mundo” que, según él, es “difícil, pero también inaceptable”.
La ministra togolesa de Asuntos Exteriores se muestra conmovida porque África representa el 28% de los Estados miembros de las Naciones Unidas y está, a estas alturas, tomada desde lo alto. El continente, dijo, debe constituirse “como un polo geopolítico significativo del mundo”.
¿Qué futuro para el panafricanismo?
“África debe comportarse como una entidad soberana. Su representatividad en la gobernanza global es participar como un todo continental desinhibido en la marcha del mundo. Es en esta dinámica que Togo, con países hermanos, está en proceso de lanzar la idea de la Alianza Política Africana (APA)”.
De momento, por tanto, es una mera “idea”. ¿Qué será entonces la APA? ¿Una organización continental disidente de la Unión Africana? ¿Una organización política o un simple grupo de expertos? El Ministro de Asuntos Exteriores togolés lo presenta oficialmente como "una iniciativa que permite a todos reflexionar sobre el futuro de África".
Pero el mensaje es claro: reflexionar sobre el "futuro del panafricanismo", pero también sobre la amenaza del terrorismo y "la defensa de los intereses comunes de los africanos". “Es una alianza por una África fuerte y desinhibida, por una África que hable por sí misma en el escenario internacional y por la defensa y promoción de las posiciones africanas comunes. Finalmente, es una participación equitativa de África en la gobernanza global”, según Robert Dussey.
La primera ministra togolesa, Victoire Tomegah-Dogbe, lo ve como un "marco para la cooperación interafricana, entre los Estados miembros, en buen acuerdo con las organizaciones existentes, las iniciativas subregionales y la Unión Africana". De hecho, imagina “un club de poderes geopolíticos y económicos” para África, que le permitiría “asegurar sus responsabilidades regionales y globales” mientras “va más allá de las cuestiones de no alineación”.