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26 de enero de 1978: el día que Túnez vivió un “Jueves Negro”

En Túnez, el 26 de enero de 1978, el presidente Habib Bourguiba vivió una movilización sin precedentes contra el poder de turno. El régimen reprimió entonces las manifestaciones y trató de amordazar a la UGTT.

Fue hace 45 años exactamente. Y un jueves. El 26 de enero de 1978, en Túnez, el gobierno y los sindicatos se enfrentaron en lo que todavía se considera un levantamiento histórico. El “Jueves Negro” es también una de las fechas clave de la primera huelga general del país, que sonó la hora de la revuelta, seis años antes de los “motines del pan”. Mientras la crisis económica es cada vez más dura en Túnez y los precios de los alimentos siguen disparados, esta fecha del 26 de enero encuentra un eco particular en el pequeño país magrebí.

En ese momento, la Unión General del Trabajo de Túnez (UGTT), el principal sindicato, aún hoy, en el país, se adhirió al programa del Partido Socialista Destouriano (PSD), en el poder. Pero el país se tambalea. Túnez se dobla, pero no se rompe. A fines de 1976, Túnez acababa de atravesar una gran crisis, solo cuatro años después de la primera crisis del petróleo. De vuelta al crecimiento, el gobierno de Hédi Nouira, considerado muy liberal, consolida el apoyo que los interlocutores sociales, tanto la UGTT como la UTICA, la patronal tunecina, le otorgan firmando un "pacto social" el 19 de enero de 1977.

Pero si parece contenida, la crisis sigue estando bien y verdaderamente latente. El fondo de compensación, que permite subvencionar varias necesidades básicas, no puede ocultar la realidad macroeconómica de Túnez. La UGTT denuncia los males que aquejan al Estado: la corrupción, los privilegios o la inercia del poder de turno. El presidente Habib Bourguiba está enfermo. Sus posibles sucesores sueñan con ocupar su lugar, haciendo que el régimen vigente sea aún más autoritario. Incluso si eso significa recortar los derechos sociales.

El ejército ataca al pueblo tunecino

En 1977, las manifestaciones fueron organizadas por la UGTT. El poder en el lugar los reprime severamente. El partido del PSD, él, decide reclamar que las cabezas caigan dentro de la UGTT. El 20 de enero de 1978, un texto del comité central del PSD formalizó esta solicitud. Dos días más tarde, las milicias fueron enviadas a las localidades que sufrían levantamientos y atacaron los locales del organismo sindical central.

Es sin duda la detención de un ejecutivo de Sfaxien de la UGTT, Abderrazak Ghorbal, lo que directamente encenderá la pólvora. Otro Habib tomará cartas en el asunto: Achour, secretario general de la UGTT, convoca una huelga general. Tendrá lugar los días 26 y 27 de enero. Bourguiba, se siente humillado y manda a la policía a posicionarse alrededor de la sede de la UGTT. Habib Achour amenaza con rebelarse en Túnez si los sindicalistas no son liberados.

Comienzan los disturbios, especialmente en Túnez y sus suburbios. Se decreta toque de queda, pero no es respetado por los manifestantes. Como en París diez años antes, se instalan barricadas. Túnez se enciende y el ejército, dirigido por un tal Ben Ali, disparará en el acto. Resultado: más de 50 muertos y 350 heridos, según las autoridades tunecinas. Cuatro veces más según los organizadores.

Si 500 personas fueron condenadas tras este "Jueves Negro", incluidos algunos directivos de la central sindical, esta fecha sigue siendo simbólica: pondrá de relieve el papel de la UGTT, como contrapoder efectivo. Este movimiento será también un precursor de lo que sigue: el jefe del ejército, culpable de verdaderas pifias, tomará el poder menos de diez años después tras un “golpe médico”. Seis años después, los “motines del pan” volvieron a sacudir al país. Finalmente forjará el espíritu de los tunecinos que verán, en estas manifestaciones y disturbios, una forma de expresar su desaprobación a sus líderes.

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