Tras el anuncio de París del cese de la ayuda al desarrollo, la junta militar de Malí decidió prohibir que las ONG financiadas por Francia trabajaran en su territorio.
Las organizaciones no gubernamentales financiadas por Francia ya no podrán realizar actividades en Malí hasta nuevo aviso. Así lo anunció la junta gobernante el pasado lunes. Se refieren "a todas las actividades realizadas por las ONG que operan en Malí con financiación o con el apoyo material o técnico de Francia, incluso en el ámbito humanitario", según las palabras del gobierno de transición.
La escalada diplomática continúa. Tras la suspensión por parte del #Francia ayuda al desarrollo, la #Mali va más allá al prohibir a las ONG actividades financiadas por París, condenando incluso la ayuda humanitaria. La gente va a morir a causa de una guerra de egos. pic.twitter.com/8DnFWJdaHv
- Matteo Maillard (@matteomaillard) 21 de noviembre.
Una respuesta en París, que decidió suspender la ayuda al desarrollo. Un paso más en el deterioro de las relaciones entre Malí y Francia. El embajador francés en Malí ya había sido expulsado y Emmanuel Macron decidió poner fin a la operación militar Barkhane. Esta vez es todo el pueblo maliense el afectado por la decisión francesa de recortar la ayuda al desarrollo.
París aún no había formalizado este anuncio, pero el colectivo de ONG Coordination Sud se mostró conmovido por este recorte de presupuestos. Francia quiere enviar un mensaje claro: con el grupo paramilitar ruso Wagner en el lugar, París ya no ayudará a los malienses. Esta paralización de la ayuda al desarrollo provoca, según Coordination Sud, “la paralización de actividades esenciales e incluso vitales que se desarrollan” en Malí. O cuando la política pone de rodillas a la gente que no ha pedido nada.
El pueblo maliense tomado como rehén
Para quienes están en el poder en Malí, estas ONG representan “organizaciones de ayuda deshumanizantes para” el pueblo maliense. A medias, el gobierno de Malí acusa al estado francés de utilizar la ayuda al desarrollo como un medio para chantajear a los líderes africanos.
Una respuesta que corre el riesgo de colocar un poco más, si es necesario, a París en la lista de indeseables de Malí. Pero como cuando se anunciaron las sanciones de la CEDEAO, el gobierno de Emmanuel Macron no solo apunta al poder en el lugar, sino también a los malienses.
El Ministerio de Asuntos Exteriores francés asegura que, “para que conste, Malí y su población se han beneficiado cada año desde 2013 de más de 100 millones de euros en ayuda oficial al desarrollo y ayuda humanitaria francesa”. Las ONG, lamentan que la escalada de decisiones empeore la situación de "poblaciones en situación de gran fragilidad o pobreza".
Por el lado de Malí, un funcionario de la sociedad civil deplora que "el pueblo maliense sea tomado como rehén" por París. "La decisión no es digna de Emmanuel Macron y el Quai d'Orsay, que juegan a la política y parecen no tener nada que ver con el pueblo maliense", concluye.