Ayer, un avión militar congoleño fue blanco de fuego ruandés. Kigali asume, mientras que Kinshasa lo ve como una declaración de guerra. La situación ya no parece poder calmarse entre Ruanda y la RDC.
Este martes, ¿ha aumentado un escalón el conflicto latente entre Ruanda y la República Democrática del Congo (RDC)? El avión de combate congoleño que acaba de ser derribado por el ejército ruandés podría ser, en cualquier caso, un punto de inflexión en lo que cada vez se parece más a una guerra entre vecinos. Durante varios meses, además de una situación tensa en el este de la RDC, donde el grupo rebelde M23, los presidentes congoleño y ruandés se rindieron golpe por golpe con discursos interpuestos. Aunque Felix Tshisekedi ha intentado, durante un tiempo, apaciguar las relaciones con Paul Kagame.
Pero esta vez, difícil saber cómo se desarrollará la situación. El avión de combate congoleño, un Sukhoi-25, fue efectivamente alcanzado por fuego ruandés. Único punto que permite no prever la escalada militar: el aparato, si fuera tocado, no se estrellaría y podría aterrizar en Goma. Pero el daño no es anecdótico: el Sukhoi-25 estaba en llamas cuando aterrizó.
La RDC no tuvo que ir muy lejos para poder acusar a Ruanda. De hecho, el país de Kagame ha afirmado por su cuenta que “un Sukhoi-25 congoleño violó por tercera vez el espacio aéreo de Ruanda” y que “se tomaron medidas defensivas”. En su comunicado de prensa, Ruanda “pide a la República Democrática del Congo que detenga esta agresión”. Según Kigali, los aviones congoleños ya han entrado dos veces en sus cielos a fines del año pasado.
“Un acto de guerra”
Pero por el lado de la RDC, no estamos de acuerdo con la versión de los hechos presentada por Ruanda: “El avión congoleño volaba dentro del territorio congoleño”. Kinshasa “no tiene intención de dejar pasar las cosas”. Una frase que demuestra que este incidente es solo el comienzo de un nuevo recrudecimiento de la tensión entre los dos países. Kinshasa considera que "este enésimo ataque contra Ruanda" se asemeja ahora a "un acto deliberado de agresión que equivale a un acto de guerra".
"Acto de guerra". Las palabras están planteadas. Y Kenia y Angola, que están tratando de mediar entre la RDC y Ruanda, no podrán hacer mucho para evitar un despliegue masivo de los dos ejércitos. Sobre todo porque nos hemos pasado de la raya: si antes no se hubiera supuesto necesariamente tal error, Kigali parece haber tenido un malicioso placer en reclamar el tiro contra el aparato congoleño.
Ruanda parece seguir los pasos del M23 que la víspera deploró las "nuevas ofensivas congoleñas" y anunció que no podía ceñirse al alto el fuego solicitado por las distintas partes en conflicto.